miércoles, 26 de marzo de 2008

Empanada Falsarius


Bajo pena de ser pesado, aquí vengo con una receta inspirada en las recetas del Chef Falsarius de Cocina para impostores. La receta de la que tomo la idea es de una pizza que he transformado en empanada.
Antes de nada, me voy a justificar un poco. La verdad es que del citado blog me interesa más la forma de hacer recetas fáciles que quedan muy buenas que engañar a mis amigos. Esto es por dos motivos, el primero, que me recuerda a esa frase que dice que no hay mujer satisfecha si no inexperta, es que me gusta mucho cocinar y he practicado más que ellos así que normalmente piensan que soy buen cocinero (bendita ignorancia) y el segundo es porque el otro día hice el falso txangurro impostor que por cierto una cosa increíble (comprendí lo que siente el crítico de cocina de la película Ratatouille al comer ese plato tan evocador) pero cometí el error de dárselo a probar a una embarazada que me fue destripando uno por uno sus ingredientes.
Bueno, el caso es que con una bolsa de congelados, de verduras braseadas, pisto, verduras con pollo y una o dos láminas de hojaldre (depende del tamaño final claro está) en muy poco tiempo tienes una empanada tremenda. Los pasos son tan sencillos como calentar el contenido de la bolsa, extenderlo en una lámina de hojaldre, espolvorear queso rallado y taparlo con otra lámina. Hornearlo hasta que adquiera un color bonito (o el que más te guste) poniéndolo en la parte baja del horno ya que la lámina de abajo tarda un poco más y a degustar.

Petit fours



En los restaurantes, no sé como decirlo, de lujo, caros de nivel,... bueno, ya me entendéis. Sirven al final de la comida con el café bomboncitos o pequeños dulces llamados “petit fours” (en elBulli los llaman “pequeñas locuras”). El otro día vinieron unos amigos a cenar, y aunque yo no hago café (no sé hacerlo pero como ni tomo ni me gusta pocas ganas de aprender a hacerlo tengo) y no cobro cuando viene gente a casa, sí que quise hacer unos bomboncitos para después del postre.

Es muy fácil de hacer. Los que son como moneditas, los hice utilizando unos moldes de plástico en los que venían unas tartaletas de esas que venden para hacer canapés. Se funde el chocolate se vierte en el molde y añadí como Peta-Zetas que es una idea de Adriá. Un saludo a mi proveedora de Peta-Zetas. El chocolate blanco son unas rocas que se hacen picando almendras (y/o el fruto seco que se prefiera o mezcla de varios) añadiendo chocolate fundido y estirando en un papel de horno o silpat. Esto creo que es una receta clásica, pero antes de que alguien me diga que forma parte de una receta de hamburguesas de chocolate de Elena Arzak, de ahí lo tomé.

Por último, los otros bombones son de limón y naranja (no revuelto) que son una creación de mi maestra repostera, se hacen rallando piel de un limón y una naranja según pones choco fundido en los moldes, que por cierto eran de unos huevos de codorniz.

Tarta Santiago.



Las buenas ideas normalmente vienen en formato sencillo. Me explico. En el blog cocina para impostores el gran chef Falsarius nos da la receta de una tarta de queso “autoconclusiva” es decir se la acaba el que se la empieza. La idea es hacer tartas individuales. El que tenga la casa llena de moldes para tartas, dirá, ya claro, como normalmente se tienen veinte moldes individuales no hay problema (fina ironía). El citado chef, nos da solución con unos moldecitos de andar por casa que hasta yo soy capaz de hacer forrando de papel albal un vaso.

Esta idea es la misma que aplico para hacer la tarta Santiago (receta del libro básico de Thermomix 31) sólo que hice la mitad de las cantidades y con moldes que valen para dos (si hacemos menús degustación la cosa nos puede cundir más, si viene mi amigo Juan a cenar, necesitamos un par de tartas para él solo).

Vamos con el reportaje. Los ingredientes son como se puede ver en la foto

- 125 gr de almendras
- 100 gr de azúcar
- cáscara de limón (sin nada de parte blanca)
- 2 huevos



Que son la mitad de los ingredientes de la receta original. También se puede ver el molde de la tarta del que hablábamos arriba.

Lo primero que se hace es picar las almendras. La receta en sí no necesita la thermomix y la gente que la tiene ya sabe cómo hacerla así que paso de poner velocidades y todo eso. Para picarlas con un robot de cocina nos vale. Así es cómo quedan.


Hay que picar también el azúcar para conseguir azúcar glace y después se pica la cáscara de limón. Ahí va esa foto para demostrar que tengo la maquinita que ya veo a más de uno pensando que voy de farol.



Se baten las claras y se juntan todos los ingredientes hasta conseguir una pasta con la que llenamos los moldes


El último paso es hornear durante 15 ó 20 minutos en un horno precalentado a 180º. Después se saca, se desmolda y se decora. Para los muy habilidosos (entre los que no me encuentro) se puede hacer una mini cruz de Santiago ponerla encima y espolvorear más azúcar glace. Yo lo más que conseguí es la foto del principio.

Espero que os haya gustado.

lunes, 3 de marzo de 2008

Arroz en evolución.


Me decido por fin a subir una receta (por la foto se nota que soy nuevo). Antes de nada, explico el título. Yo aprendí a cocinar del mismo modo que la generación anterior a la mía; por necesidad y con las 1080 recetas de cocina. Un poco después, cuando ya sabía cocer arroz y hacer un sofrito, “inventé” una gran receta: Arroz-Coventry que es básicamente: tengo arroz, hambre y ya habrá algo en la nevera (un arroz cocido con un sofrito ajo, cebolla, zanahoria, chorizo, tomate frito admite,…).

De eso ya hace algunos años, y claro, nos hacemos mayores y la evolución tiene que notarse. Fruto de ello este arroz. También lleva un sofrito, ajo, cebolla y puerro. Como tenía pimiento rojo y el rollo de variar los colores hace bonito, pues también puse. Después (estoy en una sartén grande) le echo el arroz, doy unas vueltas y le añado azafrán, que no hace daño más que al bolsillo y se agrega un caldito (comprado, nadie es perfecto). Si se necesita más caldo (o agua si se acaba) se va añadiendo, y cuando ya esté hecho, fuera del fuego se liga con mantequilla (y/o queso) y se deja reposar un poco.

Es una receta bastante sencilla, pero quedó muy rica (si se permite la falta de modestia).